24 de diciembre de 2009

SAN CONO
Una devoción popular

Por Kintto Lucas
Junio de 1988

Considerado por sus fieles "el santo más popular, uruguayo y milagrosos", San Cono está profundamente arraigado en la vida de la gente. Mezcla de folclore y religiosidad, las festividades sanconinas reúnen año a año, cada 3 de junio, a miles de personas que llegan a la ciudad de Florida, para cumplir sus promesas y demostrar su devoción. Este año la Fiesta de San Cono volvió a tener el color y la participación de siempre y múltiples vivencias rodearon el acontecimiento.

A pesar de ser una época invernal, el 3 de junio siempre amanece soleado, el frío cede en parte, y renovando el rito de cada año se oye decir: "el día de San Cono nunca llueve". Los omnibuses (cuyas líneas son reforzadas) llegan abarrotados de todas partes del país y de los países vecinos. La ciudad recibe a sus visitantes vestida de fiesta. Hace algunos años un grupo de antropólogos encargados de estudiar la evolución de diversas procesiones en América del Sur, señalaba una clara constatación de que "cada año aumenta considerablemente la cantidad de peregrinos en San Cono", y agregaba que "hay de diversas clases sociales, pero fundamentalmente de clase media".

Las historias de los devotos son muy diversas. La capilla permanece horas colmada. Muchos colocan sus ofrendas de dinero prendiéndolas con alfileres sobre la ropa del santo. La cola parece interminable y todos quieren tocarlo.

El museo contiguo encierra las ofrendas que se han ido acumulando con el correr del tiempo. Hay alhajas, relojes, billetes de diferentes países, bicicletas, motos, juguetes, trofeos, ropas, trajes de novia, pelotas, camisetas de futbol (desde los cebollitas de Durazno hasta la de Julio Pérez, campeón del 50 en Maracaná, pasando por las casacas de grandes jugadores de distintas épocas del fútbol uruguayo). A la hora 14 se inicia el descenso por las escaleras de la imagen de San Cono a cuestas en medios de aplausos de la multitud, para iniciar la procesión. A lo largo del trayecto se va sumando gente. Varias cuadras de fieles recorren las calles detrás del santo. Algunos lo hacen descalzos. Luego de más de dos horas de caminata, la imagen llega nuevamente a las puertas de la capilla.

La fiesta de San Cono da lugar a una verdadera feria que se extiende a lo largo de la calle Rodó. Cuadras cubiertas de puestos con vendedores ambulantes ofrecen las más variadas mercaderías. En la memoria popular ha quedado grabado que ni el Papa Juan Pablo II cuando estuvo en la ciudad en la década del 80, logró reunir a tanta gente, como ocurre cada 3 de junio. "San Cono para nosotros, los de Florida significa mucho. Es un símbolo de la ciudad, por eso es que cuando vino el Papa hubo poca gente, nada que ver con lo que ocurrió el 3 de junio de ese mismo año. La venida del Papa fue muy sin gracia, muy sin pueblo".

Teggiano, ciudad donde nació San Cono en el siglo XI, queda en la provincia de Salerno, Italia, y está asentada a más de 600 metros sobre el nivel del mar. Según cuenta la historia, a los 18 años, la noche del 2 de junio el joven oyó una voz que le decía "Cono esta noche serás llamado por Dios. Al alba del 3 de junio el muchacho falleció". En 1885 la colectividad italiana proveniente de Teggiano trajo la imagen del santo a Florida y solicitó a la Junta Económica Administrativa un terreno donde luego levantó la capilla. El 3 de junio de 1885 las campanas anunciaban la salida de la primera procesión realizada en honor a San Cono.

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