27 de diciembre de 2009

SALVADOR ALLENDE
Cien años, mil sueños...

Por Kintto Lucas
Junio de 2008


Hace algunos años Mario Benedettí decía que “Para matar al hombre de la paz tuvieron que bombardearlo hacerlo llama, porque el hombre de la paz era una fortaleza”. Y agregaba que “Para matar al hombre de la paz tuvieron que imaginar que era una tropa, una armada, una hueste, una brigada, tuvieron que creer que era otro ejercito, pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo y tenía en sus manos un fusil y un mandato y eran necesarios más tanques más rencores más bombas más aviones más oprobios porque el hombre de la paz era una fortaleza”.

Salvador Allende era sin duda como decía Mario Benedetti el hombre de la paz, y era sin duda una fortaleza. Estaba convencido que era posible transformar su país en paz, pero sabía que para eso había que sortear diversos obstáculos, correr riesgos y saltar por encima de diversos peligros.

En agosto de 1971 Allende decía: “Hemos sostenido que no puede haber igualdad cuando unos pocos lo tienen todo y tantos no tienen nada. Pensamos que no puede haber fraternidad cuando la explotación del hombre por el hombre es la característica de un régimen o de un sistema. Porque la libertad abstracta debe dar paso a la libertad concreta. Por eso hemos luchado. Sabemos que es dura la tarea y tenemos conciencia de que cada país tiene su propia realidad, su propia modalidad, su propia historia, su propia idiosincrasia. Y respetamos por cierto las características que dan perfil propio a cada nación del mundo. Pero sabemos también, y a la plenitud de conciencia, que estas naciones emergieron rompiendo el correaje por el esfuerzo solitario de hombres que nacieron en distintas tierras, que tenían banderas diferentes, pero que se unieron bajo la misma bandera ideal, para hacer posible una América independiente y unida”.

Ahora casi 35 años después de aquel intento de matar al hombre de la paz, él sigue ahí con su palabra, con su mirada, con su recuerdo. No pudieron matar al hombre de la paz, porque hay seres que traspasan los muros de la vida y la muerte (más bien se ríen de ellos) y hacen caminar sus palabras por infinitas geografías, y las palabras caminan impregnadas de sueños, y los sueños saben derramarse en la realidad para volver a ser soñados, para ser soñados de mejor forma... Sueños que son mundos, mundos que son sueños, que traspasan la dimensión del tiempo y el olvido, mundos que inventan caminos donde no tropezar, donde caminar sin dolor, mundos-caminos de vida, mundos raíces... Cien años, mil sueños…

También en agosto de 1971 Allende se mostraba convencido que para llevar adelante su sueño de transformación revolucionaria de Chile era necesario actuar sobre la realidad económica del país. “La batalla nuestra es muy dura y muy difícil porque, indiscutiblemente, para elevar las condiciones de vida de nuestro pueblo, necesitamos hacer las grandes transformaciones revolucionarias que hieren intereses foráneos, el capital extranjero, intereses imperialistas, intereses nacionales de los monopolios y de la alta banca”, repetía una y otra vez.

Además aseguraba estar convencido de que no se podría derrotar el retraso, la ignorancia y la miseria, si no se utilizaban los excedentes producidos por la propia economía chilena “para sembrarlos en escuelas, hospitales, caminos y haciendas trabajadas”, como le gustaba decir.Y siempre daba el ejemplo del cobre chileno, riqueza fundamental del país, pilar de la economía, que representaba el 82% del presupuesto de divisas del país, y daba solamente el 24% del ingreso fiscal.La inversión inicial de las compañías americanas del cobre a comienzo de la década del 20 fue menor a 13 millones de dólares; y hasta 1971 habían ganado con la explotación del cobre 3.200 millones de dólares.

Por eso Allende interrogaba ¿cómo puede progresar el país si no se cambia ese tipo de relación tan injusta? ¿Cómo un pueblo que tiene las más grandes reservas de cobre del mundo y la más grande mina del mundo no puede controlar ni los precios, ni los niveles de producción, ni los mercados? ¿Cómo es posible, que ese que yo he llamado con razón el sueldo de Chile, sea manejado por manos que no son chilenas?

Allende recurría seguido a una frase de Abraham Lincoln cuando dijo refiriéndose a Estados Unidos: "Esta nación es mitad esclava y mitad libre".Decía que esa frase, podía aplicarse a nuestros pueblos aparentemente libres pero esclavos.Entonces, como no podía ser de otra manera, el 11 de julio de 1971, considerado como el Día de la Dignidad Nacional, se promulgó la Ley de Nacionalización del cobre, aprobada por unanimidad del Congreso.Pero Allende también decía que la victoria del proyecto que él representaba no se podría lograr solamente con la unidad de la izquierda en la Unidad Popular, aunque ese fuera un paso fundamental. La victoria del proyecto revolucionario dependía en gran parte de la conciencia del pueblo.Entonces decía: “con modestia en la dimensión de la realidad, y sabiendo que en el mundo contemporáneo, más que el hombre, son los pueblos los que deben ser y son los actores fundamentales de la historia, busqué la posibilidad de hacer que este pueblo, el de Chile, tomara conciencia de su propia fuerza y supiera encontrar su propio camino”.

Y luego agregaba: “Nuestro combate y nuestra decisión tenían que ser no un cambio político, no el traspaso del gobierno de un hombre a otro, sino la entrega de un régimen a un pueblo que quiere la transformación profunda en lo económico, en lo político y en lo social”.

Allende siempre sostuvo que era difícil ganar en las elecciones, que era más difícil asumir el gobierno, que aún era más difícil construir el socialismo, pero era necesario caminar. Por eso decía: “Herir intereses es duro, y que esos intereses se defienden, lo sabemos y ya lo estamos viendo. Pero, ¿hasta dónde los pueblos de este Continente van a aceptar que seamos manejados por control remoto? ¿Hasta cuándo no vamos a ver nosotros que tenemos derecho a trazar nuestro propio camino, a recorrer nuestro propio sendero, a tomar las banderas libertarias de los próceres de este Continente para convertirlas en realidad, porque esa es la tarea que nos entregaron”, enfatizaba.

Siempre expresó que la tarea del cambio revolucionario era tan monumental que no la podía hacer un hombre o un grupo de partidos, sino un pueblo organizado, disciplinado, consciente, responsable de su gran tarea histórica. Pero respetaba la realidad de cada país. Por eso decía: “Siempre sostuve que cada país, de acuerdo con su propia realidad, debía buscar el camino. En Chile decidimos caminar dentro de las leyes de la democracia burguesa, comprometidos a respetarlas, pero al mismo tiempo a transformarlas, para hacer posible que el hombre de Chile tenga una existencia distinta y que Chile sea auténticamente una Patria para todos los chilenos. Hemos planteado una revolución auténticamente chilena, hecha por chilenos, para Chile”.

En 1938 un Frente Popular asumió la conducción de Chile y fue duramente combatido por los sectores de poder hasta que cierto día los militares intentaron dar un golpe de estado. Entonces fue el pueblo el que rodeó los cuarteles. Fue el pueblo sin armas el que los obligó a rendirse, sin que los soldados dispararan un solo tiro frente a una multitud dispuesta a defender ese gobierno.

Seguramente El hombre de la Paz pensaba que podría ocurrir una situación similar con su gobierno.Enfatizaba en su obligación de mirar con ojos abiertos lo que podía ocurrir en el futuro, para ser capaces de encontrar los cauces que permitan a las grandes masas continuar un camino que no sea el de la violencia innecesaria y del costo del capital elevado. Y comentaba: “Yo no soy una represa, pero sí soy el cauce para que el pueblo pueda caminar con la seguridad de que sus derechos serán respetados. No pueden detenerse las avalanchas de la historia. No pueden las leyes represivas calmar el hambre de los pueblos”.

También decía que transitoriamente podrían aplazarse los cambios algunos años; pero tarde o temprano se rompen los diques y la marea humana inunda, pero esta vez con violencia porque también su hambre y sufrimiento son más que milenarios en algunas partes, y centenarios, por lo menos en nuestro Continente.

El día que intentaron matar al hombre de la paz sin conseguirlo, hace ya casi 35 años dijo: “El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción crearon el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición. El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”.

Hoy, cuando cumple 100 años el Hombre de la Paz, ya no existe ninguna duda de que no pudieron asesinarlo... No pudieron expulsarlo del mundo, ni destruir sus sueños, ni hacerlo olvidar el color del cobre y de quienes trabajan en las minas de cobre, y mucho menos olvidar el sonido y la luz de las palabras de su pueblo… porque ya es algo así como una raíz de América…
JUAN GELMAN
¡Realidad: poesía eres tú!

Por Kintto Lucas
Mayo de 1995


Humilde, de mirada tristona y el alma herida, Juan Gelman lleva el exilio dentro, la emoción, la magia y la voluntad de seguir transformando la palabra, caminando hacia días de más colores, días en los que la poesía además de golpear, acaricie.
Y conversar con Juan es como hablar con los recuerdos, es como hablar con la vida de los recuerdos. Y los recuerdos vienen como almitas surgidas de la raíz misma de la dolor, como quien no quiere olvidar los pedacitos de recuerdos que lleva a cuestas y, se acostumbró a quererlos y derramarlos una y otra vez entre la gente para que no haya olvido...

El exilio es como una obsesión en él. Se fue exiliado, volvió y era un exiliado en su propio país, se volvió a ir... Creo que desde tu niñez es un eterno exiliado...
“Si -dice. Esos exilios que nombrás no son los únicos, entre los primeros está el de alejarse de la infancia, que para muchos es un refugio, un lugar donde protegerse. En mi caso fue así, en la cercanía con la vieja y el viejo, con los asombros y descubrimientos. Pero todo se va, y al volvernos adúlteros y adultos dejamos lejos ese bello lugar, ese país. Pero también hay infancias muy duras, que serían algo así como dolorosos países, incluyo en esto la infancia de los que no dejan de ser nunca niños, la de los que no tienen acceso a la educación, la de los niños delincuentes, la de los dejados de la mano de Dios. Y dentro de ese exilio interior, está el otro, el que sigo viviendo... Ahora en México estoy bien, me quieren, la gente es muy buena. Vos sabés que regresé a la Argentina cuando me levantaron la proscripción, pero me fui porque era muy jodido ser extranjero en su propio país... ser un exiliado dentro de fronteras”.

Impunidad a los violadores de derechos humanos, y un presidente como Carlos Menem... ¿Tiene alternativa un país como ese?
“Menem es muy gracioso, y ridículo, vos sabés bien lo que es -comenta. Fijate que le preguntaron cuál era su libro de cabecera y dijo que las obras completas de Sócrates ¿Qué podés esperar de un presidente que dice eso?

Cuando se piensa en el peregrinar de Juan es necesario preguntarle si el tango se quedó en ese país o sigue viajando con él. “Yo fui milonguero desde los 15 años -responde. Borges dice que el tango es una manera de caminar. No lo voy a contradecir, pero me parece que el tango es una manera de conversar. Por eso creo que la milonga es un diálogo bailable. Los padeceres que el tango relata van más allá de la perdida de una mujer o algún amor. El tango siempre está en mis poemas. En Citas y comentarios tengo alusiones a místicos como el profeta Isaías, San Juan, el rey David, Santa Teresa, y entre ellos están varios autores de tangos, que en cierta forma, también están rodeados de misticismo”.

¿Y dónde está la mística de la poesía de Juan? ¿O mejor dicho, dónde está la obsesión de su poesía?
“Son varios los temas que me obsesionan. No es nada nuevo pero cada uno de nosotros escribe sobre un puñado de obsesiones: la infancia, el amor, la mujer, la muerte, el otoño y la revolución parecen ser las mías. Aunque sigo creyendo que el único tema de la poesía es la poesía misma y por eso es que ella puede hablar de cualquier tema, todo le atañe. Basta con leer a Gustavo Adolfo Bécquer para recordar aquello de ‘poesía eres tú’, refiriéndose a la mujer. Pero eso se puede aplicar a la realidad misma: ‘realidad, poesía eres tú’, entendiendo por realidad todo lo que quiso o pudo ser, y no es”.

Y una de esas realidades es el exilio... “La poesía siempre propone preguntas y no necesariamente formuladas entre signos de interrogación -comenta. Cómo nos marcan las palabras y cómo nos dejan siempre una herida sin remedio: el silencio... La poesía también padece de los encuentros desafortunados y también los desencuentros. Siempre estamos escribiendo para enterarnos de lo que queremos decir”.
De una manera o de otra, y de formas diversas, aparece lo político en el poema. El exilio fue importante para nuevas reflexiones. “Si fuimos realmente derrotados, esto conduce a una reflexión, en algo que no es del todo voluntario: la poesía. La poesía no es un asunto de voluntad. Cuando lo es resulta un desastre. En mis últimos dos libros me dediqué mucho a la poesía en prosa, y ahora estoy sacando uno que es bien loco, está escrito en sefardí (obviamente con traducciones) y con una construcción muy loca pero llena de vida. Yo sigo vinculado a la cotidianidad, la cotidianidad me sigue dando mucho material... Mis obsesiones se prolongan en poemas y tal vez terminan algún día en libros, pero si la obsesión no llega, no puedo escribir. El inconsciente grita mucho y es para mí la manera que tiene de expresar la realidad, de explorarla y cuestionarla, y a la vez crear otra”.

Y hablando de realidades. Juan está viviendo en México donde este año se ha dado un proceso intensivo. Estuvo en Chiapas realizando notas para Página 12, y asumió esa lucha como suya. “El de Chiapas es un proceso que nada tiene que ver con los procesos guerrilleros que se han dado en América Latina -asegura. Fijate que cuando tuvieron que responder a la propuesta del gobierno consultaron a todas las comunidades, en la asamblea participaron todos y por votación fueron las comunidades las que rechazaron el acuerdo. Es una forma de democracia increíble. Otra cosa que dice mucho: Marcos es sub comandante, los comandantes son indígenas. Durante el diálogo Marcos debía escuchar lo que decía la comandante Ramona que era indígena y tenía el mandato de las comunidades”.

La realidad social de esa zona es tremenda. Una zona que da el 60 por ciento de la energía eléctrica del país, por su caudal de ríos, no tiene luz. Las comunidades indígenas no tienen luz... “Y eso es poco si le sumás la falta de hospitales, la falta de servicios y la pobreza generalizada tendrás un panorama terrible. Y además está el racismo: un día iba en un ómnibus y entre los pasajeros viajaba un indígena, de repente subió un mestizo y lo bajó a patadas diciendo que no quería viajar en el mismo transporte que iba un indígena, hacete un poco la idea de cómo son la cosas... El gobierno mexicano no puede dejar de abrir un diálogo con los zapatistas porque es la única manera de que haya una paz de verdad...”

Tomando prestadas las palabras de Jorge Enrique Adoum se puede decir que "Gelman es el mayor poeta vivo de habla hispana". Es el que supo quebrar los versos y los transformó en sueños, quebró las palabras y creó otro diccionario, quebró la cotidianidad y la hizo magia, quebró las estructuras y las liberó...

26 de diciembre de 2009

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EN ECUADOR,
junto al Océano Pacífico
En la hermosa Playa de Tonsupa,
Hostería Cabo Blanco.
ENRIQUE LUCAS
Carta a un hermano

Por Kintto Lucas
Mayo de 2001


El internet acerca y desacerca al mundo, pero esta vez me trajo un correo electrónico que me acerca a mí mismo, en él que me dicen que fueron encontrados los restos de mi hermano, asesinado en 1976 en Bolivia, por el gobierno de Banzer cuando era dictador no electo.

Entonces me trae también un montón de recuerdos que están ahí, y que de cuando en vez aparecen y golpean o acarician, según sea el ánimo de la memoria o de la soledad que anima la memoria.

Ahora miro la computadora y de alguna manera me imagino que te estoy viendo Enrique o Guille. ¡Qué importa el nombre hermano!

Lo primero que se me ocurre es que nunca llegamos a conocernos y, sin embargo, nos conocimos tanto. Pero los pensares van de un lugar a otro como queriendo ubicar rincones pasados y pisados alguna vez, ideas, miradas, hechos marcados por el vértigo de una época que se construía en cada minuto.

Me acuerdo entonces cuando te iba a visitar a Punta Carretas, aquel ambiente de solidaridad y ternura casi inimaginable entre aquellos jóvenes tupamaros presos, que como los de afuera construían la historia en cada hacer, en cada decir, apurados aveces pero siempre construyendo.

Después vino el viaje al ''destierro'' en Chile para seguir edificando sueños, pero siempre con la mirada en el paisito. Aquellos encuentros con Costa Gavras para asesorarle en la película Estado de Sitio, que contaría un pedacito de la historia tupamara. Los viajes a Cuba y la posterior instalación en Buenos Aires en aquel 1973, año del retorno del espejismo peronista al que fustigabas duramente.

En la capital argentina había que crear la Junta de Coordinación Revolucionaria junto a Miguel Enríquez del MIR chileno, la gente del ELN boliviano y Mario Roberto Santucho del ERP, de quien dijiste alguna vez que era una especie de Bebe argentino. Había que construir una estructura que unificara organizaciones revolucionarias en la palabra y en la acción, sobre todo en la acción. Era un desafío y te dedicaste entero, como te dedicabas a cualquier desafío desde que eras gurí.

Te jugaste la vida en cada minuto para llevar adelante esa construcción, pero siempre estabas pensando en el paisito. En los compañeros que caían cada día, en los que trabajaban uniendo retazos para pelearle un lugar a la derrota. No podías ver eso desde la otra orilla sin mojarte en el río, entonces en julio de aquel 73 te fuiste a Montevideo. Me acuerdo que yo y Daniel vivíamos en Buenos Aires y cuando insistimos en ir a Montevideo en las vacaciones nos dijiste que no podíamos movernos de allí. Sabías que si caías te podían presionar con nosotros.

Un compañero me decía el otro día, también por correo electrónico, que recordaba cuando su viejo lo fue a visitar en el penal de Libertad y le comentó que estabas en Montevideo. Me lo contaba con el asombro y la admiración que saben conservar los años. Recordaba también los tiempos del liceo y aquellos viajes a Salto para reconstruir la memoria de nuestro viejo que había muerto cuando vos tenías doce años y yo dos. Y la vieja se quedaba con cinco hijos a cuesta. Batllista el viejo, pero de los de antes, jugado con su medicina de pueblo en aquel Constitución de los 50 y 60. Buscabas aquellas raíces que permanentemente estamos buscando.

La situación de julio del 73 en Montevideo era demasiado jodida y los contactos fallaban uno tras otro, hasta aquel último que te clarificó el panorama. El compañero, que en ese instante estaba preso, llegó al lugar de la cita con los milicos atrás, pero te vio y no te cantó. Los había llevado al lugar masacrado por tanta tortura, pero te vio y no te señaló, transformando aquello en un alerta de cómo estaban las cosas. Lo único que quedaba era cruzar el charco nuevamente y seguir la construcción de la Junta, seguir produciendo recursos para un día regresar a reorganizar el MLN allá adentro, donde debía estar.

Pero a veces la historia corre más rápida que los pensamientos y las estrategias, y mientras vos te jugabas en cada acción había otros constructores del verso, renunciantes, que sin poner el pellejo hablaban mucho y dividían para terminar pasándola bien en algún lado. Como vos no estabas para el verso preferiste abrirte y seguir el mismo camino en otras tierras. ''La revolución se hace en cualquier parte decías''.

Eras demasiado joven y creías en la política como un manifiesto de la ética, ahora te imagino demasiado ingenuo, sin la ''calle'' necesaria que tenían otros. Entonces, como correspondía, repartiste lo que le tocaba a cada quien y te fuiste a Bolivia tras una ilusión: la posibilidad de tumbar la dictadura de Banzer mediante la alianza del ELN con el ex presidente Juan José Torres (el general proletario lo había denominado Rodolfo Walsh) y su gente. Y a iniciar la construcción nuevamente porque, como era obvio, mucho de lo que decía tener trabajado la gente del ELN, era verso. Pero bueno, no estabas para cuestionar versos sino para hacer, para seguir construyendo ese mundo mejor que habías visto construir en Cuba, habías leído en los libros y lo viste en aquella solidaridad de Punta Carretas.

Alguien podría decir ahora que tus acciones no eran pragmáticas sino demasiado soñadoras, idealistas tal vez. No sé, a mi se me ocurre ahora que tus acciones eran tupamaras, eran las actitudes que debía tener cualquier tupamaro de verdad en aquel momento, no los renunciantes y los que se acomodaron sin pensar en aquellos que estaban presos.

Hace poco, conversando con algunos compañeros llegamos a la conclusión de que ser tupamaro era como una forma de ser o un estado de ánimo, más allá de la organicidad o el apego a una estructura o a un aparato. Creo que cada paso que dabas estaba marcado por ese estado de ánimo, por esa forma de ser.

Pero ahora, veinticinco años después, me dicen que tus restos están en La Paz mientras Banzer reprime a los campesinos, indígenas y trabajadores en las calles, igual que en aquel 1976. Y recuerdo que de la misma forma que vos ponías todo en la construcción, había quienes ponían todo en la destrucción, y mediante el Plan Cóndor se unían para golpear a las fuerzas de cambio del Conosur. Y en uno de esos golpes llegan a vos y Silveti (secretario de Juan José Torres), allá en Cochabamba. Un tiroteo de dos horas hasta dejar la última bala antes de caer... Después el ministro del interior boliviano, general Pereda Azbún, se fue a reunir con el general Vadora y sus pares uruguayos en Montevideo para darles cuenta que la red del Cóndor había cumplido su cometido.

Disculpá, no me quiero poner demasiado dramático porque ni vos ni yo somos amigos del drama, pero la memoria de la soledad a veces nos transforma y hace que la palabra se duela. En todo caso, ahora, cuando la memoria de la soledad, y la palabra, y los ojos, y el alcohol y el correo electrónico te acercan nuevamente, me pregunto de qué sirven los restos. Más allá de tus restos, o de un lugar donde llevarte alguna flor, está el recuerdo vivo de tu hacer, la memoria viva de ese estado de ánimo de que hablamos antes, cuando la situación de la América es mucho peor. Cuando las redes del Cóndor siguen interconectadas aunque supuestamente se terminaron en aquellos años. Cuando imponen el Plan Colombia, que es algo así como una continuación del Cóndor porque en esencia persigue los mismos objetivos. Entonces se me ocurre que lo importante es mantener vivo ese estado de ánimo.

No vas a tener una estatua, imaginate que ni el Bebe la tiene en un Montevideo frenteamplista, ni una calle, ni una fundación con tu nombre, y al fin de cuentas cuál era tu nombre después de tantos. Tal vez ni siquiera estés en la historia, que siempre es contada por los triunfadores. Eso no importa, estás ahí y aquí y en cualquier rincón hermano, y por eso siempre habrá una oportunidad como esta para enviarte un abrazo y decirte que habrá patria para todos…
JULIO CORTÁZAR
La mirada de un cronopio


Por Kintto Lucas
Enero de 1994



El 11 de febrero de 1994 se cumplen 10 años de la muerte de Julio Cortázar. ¿Pero murió Cortázar alguna vez, en alguna parte? ¿Olvidó el sonido y la luz de las palabras?

En 1988 el escritor brasileño Jorge Amado, en su casa de Rió Vermelho, en Salvador de Bahía me decía "si camina por Salvador encontrará a mis personajes, yo los he tomado y los he dejado allí. En mis libros podemos encontrar los personajes de Bahía como en la creación de Cortázar encontramos el mundo del Río de la Plata. El tomó ese mundo y luego lo dejó en su lugar". Y sin duda hay mucho de eso, porque Cortázar es el Río de la Plata como Amado es Bahía. Pero Cortázar también es América Latina como Jorge Amado también lo es...

Porque hay seres que traspasan los muros (más bien se ríen de ellos) y hacen caminar sus palabras por infinitas geografías, y las palabras caminan impregnadas de sueños, y los sueños saben derramarse en la realidad para volver a ser soñados, para ser soñados de mejor forma... Y Cortázar ya es un sueño (yo sospecho que hasta su obra es un sueño, porque solo un sueño puede ser tan perfecto) de este continente, un sueño que seguimos soñando y seguimos queriendo. Tal vez en parte porque a Galeano se le ocurrió regalarle el sueño de la casa de las palabras, un sueño que había tenido Helena su compañera, donde se encontraba una casa a la que acudían los poetas a mezclar y probar palabras.

En frascos de vidrio estaban las palabras, y cada una tenía un color, un olor y un sabor, y cada una sonaba y quería ser tocada. Los poetas las elegían y combinaban, buscando tonalidades y melodías, y se acercaban a la nariz las frases que iban formando, y las probaban con el dedo. Y Eduardo le pidió el sueño a Helena y se lo regaló a Julio para que soñara más, aunque Julio ya soñaba en abundancia, mucho antes de ese regalo. Y los sueños se transformaban en "Rayuela", "Los premios"... Sueños que son mundos, mundos que son sueños, que traspasan la dimensión del tiempo y el olvido, mundos que inventan caminos donde no tropezar, donde caminar sin dolor, mundos-caminos de vida, mundos raíces, mundos nunca traicionados como dijera Juancito Gelman en su "Carta a Julio", al señalar que "en Corrientes y Esmeraldas, en otros tiempos, vi pasar a escritores que nunca dejaron el país y escribían como un francés cualquiera. Yo entendí mejor a Buenos Aires leyendo lo que vos escribías en París. Así es tu grandeza, así tu amor". (...) "A vos siempre te veo -como tu personaje- inventando un camino para ir de una ventana a otra ventana, del misterio de un puño a los crepúsculos de Mozart, de un ser a otro, y otro, y otro, y otro. Siempre sentí que tu amor es infinito. Siempre supe que tu obra nos abrigaba, que tu mejor obra sos vos."

Y la obra de Cortázar abriga a varias generaciones de escritores, a varias miradas de escritores, porque Cortázar es "como el 29 de febrero. Ocurre cada 4 años -según dijera el escritor brasileño Eric Nepomuceno-, que es mucho tiempo para el día que espera, pero uno tiene la absoluta seguridad de que vendrá siempre y siempre, y en un tiempo de tantas inquietudes y dudas no hay nada como el 29 de febrero..."

Para recordar sus diez años se harán muchos homenajes. Y seguramente Cortázar estará agradecido, pero no se deslumbra con eso, es demasiado humilde para querer y gozar homenajes. Cortázar está más allá del recuerdo, es parte del sueño latinoamericano, y los homenajes son enemigos de los sueños, son demasiado reales (¿o irreales?) para tocarse con la magia embriagadora de los "cronopios". Están más cercanos a los "famas", más lejanos a Cortázar. Cortázar está cada vez más cercano a nuestra piel: la piel de los sueños.
JOSÉ MUJICA
Tal cual es...

Por Kintto Lucas
Marzo de 2009


Juan Carlos Onetti dijo alguna vez: “Lo más importante que tengo sobre mis libros es una sensación de sinceridad. De haber sido siempre Onetti. De no haber usado nunca ningún truco… de no haberme estafado a mi mismo ni a nadie nunca. Todas las debilidades que se pueden encontrar en mis libros son debilidades mías y son autenticas debilidades”. Creo que fue en una entrevista con María Esther Gilio.

Si alguien leyó la obra de Onetti y leyó su vida no tiene duda que fue así. Su obra es un reflejo de su vida y su vida es un reflejo de su obra. Nunca se le hubiese ocurrido hacer de Santa María un pueblo de telenovela, por ejemplo.

Si trasladamos esta imagen a la política uruguaya del siglo XX podríamos decir que José Batlle Ordoñez no se traicionó a si mismo y supo ver la necesidad de reforzar el Estado para lograr políticas y leyes sociales, industrializar el país para levantarlo y decirle a la Iglesia que se dedique a salvar almas si es que podía hacerlo. También podríamos pensar que Aparicio Saravia fue sincero, y dio el toque de atención sobre el olvido en que quedaba el campo con el proyecto batllista. Deberíamos hablar de Raúl Sendic quien nunca se estafó a si mismo y supo rescatar ese Uruguay de los cañeros, los arroceros, los otros, y mostrar la decadencia de la "Suiza de América". Habría que señalar a Líber Seregni quien fue autentico al reivindicar la dignidad y el honor militar.

Llegando al presente, no hay duda que cuando uno escucha hablar a José Mujica nota una sensación de sinceridad y enseguida percibe que Mujica ha sido siempre Mujica, que no ha usado ningún truco… que no se ha estafado a si mismo ni a nadie, y que todas las fortalezas o debilidades que se pueden encontrar en su discurso y en su accionar son debilidades y fortalezas suyas. Porque Mujica es antes que nada un ser humano real que no oculta como es, como cualquier hijo de vecino.

Con una capacidad de mirar más lejos que muchos, sin duda; sino no sería un candidato a Presidente con pasta de estadista y con la popularidad que tiene. Con la experiencia para moverse en cualquier escenario, así sea entre reyes o entre pobres; claro. Con un conocimiento real del país urbano y rural como pocos, sin duda. Con una sabiduría para conformar y coordinar equipos de trabajo a cualquier nivel, sea en un partido, un ministerio o un gobierno, obvio. Con la solvencia, seguridad y firmeza para realizar una gestión gubernamental seria, constructiva; claro. Con la tolerancia y la tranquilidad para reconocer los errores y escuchar el aporte de todos y todas, seguro.

Por todas esas condiciones y muchas más, José Mujica será el Presidente de todos /as los /as uruguayos /as. Pero sobre todo, porque Mujica nunca deja ni dejará de ser Mujica.

Ante Lula, ante Obama, ante Correa, ante Evo Morales, ante el “rey” Juan Carlos, ante Cristina Fernández, ante la selección uruguaya, ante los vecinos y vecinas del barrio Marconi o del Buceo, ante los periodistas, ante la barra chica y la barra grande Mujica es Mujica.

Cuando la gente vota por Mujica sabe que está votando por alguien que nunca se estafó a si mismo ni estafó a nadie. Y si analizamos un poquito esa autenticidad, tal vez la encontremos en el fondo de una cosa que algunos le llaman uruguayez. Esa cosa rara que a veces no sabemos que es, pero sabemos que existe cuando suenan los tamboriles, o aparece una murga en el escenario, o vemos unos gurises haciendo un picado, o entramos al Paraninfo de la Universidad o al Salón de los Pasos Perdidos…
Entonces, cuando alguien vota por Mujica sabe que vota por alguien auténtico, alguien que no le está mintiendo, alguien que no le va a mentir.

Esa autenticidad le da a José Mujica la popularidad que tiene. Esa autenticidad hace que, según datos de una encuesta reciente, sea el político uruguayo que cuenta con la mayor simpatía de la gente y la menor antipatía.

Hay candidatos que tienen una alta popularidad pero también un rechazo muy importante de la población. Esos, según datos de la realidad, nunca ganan una elección. En cambio, hay candidatos que tienen alta popularidad y poco rechazo. Esos son los que ganan las elecciones. Ese es el caso de José Mujica, confirmado por la percepción de la gente y por las encuestas…

EDUARDO GALEANO
La historia del mundo al revés

Por Kintto Lucas
Mayo de 1991

Hace pocos días la Fundación Lannan de Nuevo México, Estados Unidos, otorgó al escritor uruguayo Eduardo Galeano un premio de 250.000 dólares en reconocimiento ''al impacto de su obra, que trasciende la literatura''. Días antes, en Montevideo era presentado Patas arriba. La escuela del mundo al revés, un nuevo libro en el que el autor desenreda la realidad de este fin de siglo.

Hay quienes dicen que todo acontecimiento tiene muchas realidades y que depende de la persona que lo mire o lo interprete. Hay otros que aseguran que la realidad no existe, que todo es ficción. En todo caso, la realidad siempre es un espacio para la polémica. Galeano ha desmenuzado la historia de América Latina transitando el puente que une mito y realidad. La cercanía del año 2000 es un momento preciso para recrear su mirada, para hojear esa realidad al revés y ver que el siglo XX culmina con un mundo de valores invertidos y Alicia, el personaje de Lewis Carroll, no necesitaría cruzar ningún espejo para toparse con el absurdo.

''El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo'', dice Galeano.
El mundo patas arriba de hoy nada tiene que ver con el que encontramos en El libro de los abrazos, una obra que, según Galeano, le ha dado lindas satisfacciones: ''Me dio una gran alegría, porque yo lo armé con textos y dibujos. Me dediqué página por página con la intención de ofrecer una fiesta para los ojos. Busqué que pudiera ser leído y mirado con placer. Cuando yo era niño me daba pena de ver a los adultos siempre condenados a leer libros sin dibujos. Sin embargo, después me transformé en atormentador de adultos con mis grandes libracos sin ilustraciones, entonces quise reivindicarme''.

En Las palabras andantes también reivindica la imagen, no sólo de la palabra sino del grabado de Juan Borges, un artista brasileño que vive el mito en cada una de sus obras. Memoria del Fuego es otra cosa. ¿La historia tomando partido? ''Es una obra libre de creación poética, pero con base documental -comenta Eduardo-. Todo lo que en ella se cuenta ocurrió. La historia que conocemos es una historia contada por y para machos, blancos, ricos y militares. Memoria del fuego intenta rescatar la historia de los "nadies", que son los que valen la pena, los que realmente tienen importantes hechos para contar''.

Tal vez por esa necesidad de contar a la gente los hechos de la gente, huyó del lenguaje intrincado utilizado por los historiadores, pesado, como el de los colegios que generalmente quita las ganas de leer a los muchachos... ''Los escritores que no tenemos vergüenza de proclamar que nuestra literatura no es inocente, que toma partido, tenemos que transformar constantemente nuestro lenguaje -asegura el escritor. El lenguaje que utilizamos en décadas anteriores no tiene capacidad de comunicación real con las personas, porque se dirige sólo a la cabeza del lector y el lector no es sólo cabeza. El lenguaje debe unir razón y emoción atando las ideas a los sentimientos''.

Memoria del fuego también rescata el papel, siempre olvidado, que cumplió la mujer en la historia. ''Cuando investigué la historia de América Latina para escribir, fui confirmando que las mujeres tenían un papel mucho más importante que el asignado por la historia oficial -señala-. Hubo muchas rebeliones comandadas por mujeres, como el caso del mayor levantamiento de esclavos en Jamaica, en el siglo XVII, liderado por la esclava Nani. Una persona mitad mito y mitad realidad, aunque nadie sabe dónde termina la realidad y empieza el mito. La leyenda es siempre una versión poética de la realidad...''.

Se podría decir que América Latina es, también, la versión mágica de la realidad. ''Toda realidad es fantástica. Nosotros fuimos entrenados por la cultura dominante para no escuchar los sonidos que prueban que la realidad es mágica. No nos dejaron ver las imágenes de magia y fantasía que tiene la realidad. No hay realidad que no contenga locura y belleza, aunque tal vez la de América Latina sea un poco más fantástica que las otras''.

Tal vez el absurdo de este fin de milenio sea mucho más aterrador que fantástico. Para eso basta ver las bombas cayendo sobre Yugoslavia; el desempleo neoliberal en toda América Latina; la progresiva indiferencia de las comunidades urbanas sometidas, paradójicamente, a crecientes niveles de violencia.

Escrito contra la resignación a vivir en ese mundo del absurdo, el último libro de Galeano abre los ojos a la realidad. ''El precio de una camiseta con la imagen de la princesa Pocahontas, vendida por la casa Disney, equivale al salario de toda una semana del obrero que ha cosido esa camiseta en Haití, a un ritmo de 375 camisetas por hora'', dice el autor.

Ese pequeño-gran ejemplo es parte de ese mundo al revés que vivimos y que Eduardo Galeano describe para después hacer un llamado a cambiarlo y a imaginar que la realidad es como un dibujo de Joaquín Torres García, el maestro del arte constructivo, donde el Sur es el Norte, lo que implica ponerlo a nuestros pies.

25 de diciembre de 2009

OSVALDO PUGLIESE
Las teclas del arrabal

Por Kintto Lucas
Agosto de 1994


Sus manos son como dos pájaros que caminan por las teclas del arrabal, bailan los pájaros en ese piano perdido de Buenos Aires, se hacen amigos de todos y regalan madrugadas como el mar. Y el mar es como un espejo de su memoria. El lo mira y mira al tango, que es como meterse en todo el sentir del Río de la Plata. En todo ese mundo de conventillos que no tienen fuego, de hombres que aprendieron a flor de buche el trino de la calle. Quedaron atrapados en él los personajes: la paita, el compadrito, la milonga...

Y si "el Mago" siempre vuelve, no con la frente marchita, sino con la compleja e intrincada materia que modelo su ser arrabalero, en los boliches de abasto. El no vuelve, está ahí como un fantasma que camina por los muros de algún patio viejo en su Villa Crespo de antaño. Está con su tangués a cuestas, como si para él no fuera un soplo la vida. Está con todos los recuerdos de cuando recorría las calles lustrando zapatos, y se colaba en algún boliche para escuchar el decir tristón de algún bandoneón. Está con todo ese decir, por el que tantas veces la yuta lo encanó, ese pensar que recuerda la vida maltratada, ese que la dictadura quiso matar pero no pudo. Está con "La yumba", con "Malandraca", con "Cardo y malvón".

Como antes, como siempre como cuando barría los cines del centro bonaerense por unos pocos mangos, y se colaba a ver las películas de Carlitos. Como cuando se hizo comunacho de los verdaderos, no falsificado. Como cuando debutó, allá por el 24, en el Café de la Chancha, en Palermo. Como cuando creó su orquesta, allá por el 39, en el Café Nacional, y la hizo cooperativa, y todos los músicos ganaron igual y todos eran buenos. Como cuando tocó junto a Joan Manuel Serrat en Madrid. Como antes, como después, como siempre... Como cuando en aquel boliche de Montevideo, allá por el 89, decía: "Todavía hay chance para el tango, todavía hay chance para seguir pensando en los amigos, en el barrio. Todavía hay chance para mejorar el mundo. Todavía hay chance para seguir pensando igual que antes".

Cierto día, con 89 pirulos en el alma, decidió quedarse en Buenos Aires, y se quedó en toda la América. ¿Su nombre? Simplemente Pugliese. El troesma Osvaldo para los amigos.
PAULO FREIRE
La pedagogía de los sueños

Por Kintto Lucas
Mayo de 1997



UNO
En la tarde que Paulo Freire comenzó a ser alfabetizado, en el suelo de la quinta de su casa en las afueras de Recife -estado de Pernambuco, Brasil-, con palabras que nada tenían que ver con el mundo adulto sino con el suyo propio, teniendo como pizarrón la tierra y como tiza una ramita de árbol, el mundo del niño no fue violentado sino penetrado y comprendido. Tal vez desde entonces los sueños de Paulo Freire comenzaron a ser históricamente viables.

Hace algún tiempo, en una conversación Paulo Freire decía: "Perdidos están los que no sueñan apasionadamente, que no son románticos. Yo sueño con que nunca más se vacíen las calles. Que nunca más los líderes políticos se sirvan de las plazas llenas para poder negociar arriba. Sueño con que aprendamos todos a asumir democráticamente los cambios. Sueño con una sociedad reinventándose de abajo hacia arriba, donde todos tengan derecho a opinar y no apenas el deber de escuchar. Este es un sueño históricamente viable, pero demanda que la gente anteayer hubiese descruzado sus brazos para reinventar esa sociedad".
Esas palabras pintan entero a Paulo Freire, quien comenzó con sus métodos pedagógicos en el estado brasileño de Pernambuco para más tarde trasladarlos a todo Brasil... y al mundo.

DOS
Con el golpe militar de 1964 en Brasil vienen la cárcel y los años de exilio. Años plenos de trabajo, invitado por diversas naciones para que brindara su experiencia como educador. Y así anduvo por Guinea-Bissau, Santo Tomé y Príncipe, Angola, Cabo Verde, Nicaragua y Granada. Regresó al Brasil y entre 1988 y 1992, fue Secretario de Educación de Sao Paulo. "Nuestra preocupación central al frente de la Secretaría de Educación fue cambiarle la cara fea a la escuela municipal -decía Paulo en aquel momento".

Dificultades económicas, edificios en mal estado, programas antiguos, son algunas de las realidades que afectan a las escuelas en América Latina. ¿Sería esa la cara fea de la escuela? "Nuestra escuela pública siempre fue una escuela autoritaria y elitista. El exceso de autoridad del poder con relación a las escuelas, es la causa de los obstáculos que encuentran los hijos de los trabajadores, los hijos de las 'favelas', primero para entrar a la escuela y después para permanecer en ella. Gran parte de los niños de las clases populares en todo Brasil no entra a la escuela -hay ocho millones en edad escolar fuera de las aulas- y los que entran son reprobados luego. Irónicamente ese fenómeno se llama 'evasión' escolar.

TRES
Paulo Freire siempre pensó que enseñar a leer y escribir a esos niños exige otra comprensión del lenguaje. "Eso implica reconocer que hay una sintaxis propia de las clases populares -decía-. Cuando esto no se toma en cuenta, se están poniendo obstáculos al proceso de aprender a escribir y leer. Es un absurdo que en las escuelas primarias de las áreas populares, se subraye con rojo 'errores' de idioma como la concordancia entre el verbo y el pronombre. En Brasil decimos 'a gente' que significa nosotros. La gente popular dice 'a gente llegamos' en lugar de 'a gente llegó'. Yo pregunto ¿quién determinó que 'a gente llegó' es lo válido? ¿Quién dijo que este es el portugués llamado patrón culto? Si hay un patrón culto es porque hay uno que no lo es. ¿Quiénes hablan lo inculto? Las masas populares. Allí ya se plantea la cuestión de poder con respecto al lenguaje. La gramática aparece como un instrumento de poder y represión. No es que defienda la tesis de que los niños populares deban seguir diciendo 'a gente llegamos'. Deben aprender a decir 'a gente llegó' y conocer la razón gramatical por la cual dicen eso. Pero antes tenemos que respetar la sintaxis popular. Respetar la identidad de su cultura, de su sabiduría. Y para que los niños populares aprendan el llamado 'patrón culto', debemos partir de su patrón, por lo tanto de su lenguaje, demostrándole que ellos también hablan bonito".

Esas mismas palabras las dijo siendo Secretario de Educación, y la prensa tituló "Freire no quiere que los profesores corrijan". "Miren cómo es posible distorsionar y hacer un mal tremendo -comentaba Paulo en esa ocasión-. Un gran número de profesores, un poco ingenuos, quedaron convencidos de que no tenían que corregir nada. La educación es una acción que implica corrección, autocorrección y un permanente proceso de crecimiento de cada uno. No se crece sin corrección. La cuestión es saber cómo corregir, por qué, en función de qué y para qué".

Algunos niños aprenden a leer y escribir superando el primer momento de expulsión, pero son reprobados después en distintas disciplinas. "Esto ocurre -enfatizaba el pedagogo brasileño-, porque la escuela les impone una forma de apreciación que no se corresponde con el tipo de experiencia social que esos niños tienen. Cambiar la cara a la escuela es, en el fondo cambiar la organización de los programas de estudio, es alterar la comprensión metodológica de la enseñanza, la comprensión de lo que significa 'enseñar', de lo que significa 'aprender'. Y eso no se hace por decreto. Pero no se puede democratizar la escuela de una manera autoritaria porque sería un contrasentido. Cuando uno se da cuenta de eso, descubre que hay algunos caminos para lograr ese objetivo. El principal es el convencimiento de los profesores, la formación científica permanente del cuerpo docente".

CUATRO
Las dificultades encontradas por Paulo Freire al frente de la Secretaría de Educación fueron muchas. Tal vez eso afirmó la teoría de los que señalan que para modificar la educación primero hay que cambiar la sociedad. "Con la experiencia de la práctica uno percibe que no hay que esperar a que la sociedad cambie -comentaba-. La mejor manera que tendríamos de no hacer nada, sería esperar que la sociedad cambie, porque ahí no cambia nada. En la alcaldía estuvimos metidos en el subsistema oficial, una burocracia que hizo todo lo posible para perjudicar nuestro trabajo, sin embargo se hizo bastante".

Otra forma de autoritarismo es la segregación con niños que no cumplen los patrones de aprendizaje exigidos por la escuela. Son los niños derivados a lo que en muchos países se denomina 'Escuelas Especiales'. "En Brasil -comentaba sonriendo-, son pésimas. Los niños de esas escuelas son normales pero son reprimidos. Los test, para percibir la inteligencia o la habilidad son absurdos. Me comentaban el caso de tres niños de Sao Paulo que fueron considerados incompetentes desde el punto de vista del ritmo y en relación al aprendizaje de lectura y escritura. Inmediatamente después de ser considerados incapaces, empezaron a bailar un zamba acompañándose con una caja de fósforos, mostrando la creatividad que tenían. Es terrible que nos dejemos caer en la trampa de la falsa cientificidad, afirmando cosas que no son".

Otro motivo de debate es la "capacidad" de ciertos "educadores" para castrar la creatividad de los niños. "Uno de los problemas más importantes que tenemos en este fin de siglo -decía Freire-, por el alto desarrollo tecnológico es la pérdida de la curiosidad y la creatividad. Cada vez queda un espacio más pequeño para la curiosidad y la creatividad. Algunos pocos, lejos de las grandes masas, producen conocimientos al servicio de una minoría que comanda el mundo desde el poder. Estas minorías son las únicas que se están dando el lujo de pensar creativamente, de indagar y desarrollar su curiosidad. Ellas piensan curiosamente para que las mayorías no piensen. Los educadores pueden jugar un papel fundamental para cambiar esa realidad".

Paulo Freire falleció a los 75 años y hasta el final estuvo creando, pensando, escribiendo y reflexionando. Tal vez por eso, todavía encontraba una forma fluida de comunicarse con la juventud. "Hay que aprender con los jóvenes -decía-, y entender cómo ellos entienden la vida, que no es necesariamente igual. Para mí el rock es una locura. Esa desarmonía, ese barullo... Pero eso tiene que ver con el tiempo histórico de la juventud. Yo no puedo esperar que esta juventud inquieta, decepcionada con los viejos, en conflicto con sí misma y su tiempo quiera 'boleros'. Su forma de expresar la vida y la comunicación es la anticomunicación. Yo tengo el derecho de que no me guste, pero tengo el deber de entender y no simplemente decir esto no sirve. Mi criterio de la belleza es diferente".

Una charla con Paulo Freire dejaba múltiples enseñanzas, dejaba su humanismo, su humildad, su sabiduría. Cuando conversaba enseñaba, pero también aprendía. Siempre estaba aprendiendo, apostando a la pedagogía de los sueños.

JORGE AMADO
Perdido en el Peloirinho

Por Kintto Lucas
Agosto de 2001



UNO
Hace más de diez años, mientras el sol se recostaba contra el mar y en la playa la batucada era un deleite, el escritor brasileño Jorge Amado me decía: "Esto es Bahía, pero Bahía es mucho más, son los sueños, es la magia de Brasil. Mis personajes están en las calles. Si usted camina por Salvador los ve, y esa es mi gran felicidad. Ellos no están solamente en las páginas sino también en las calles. Allí los busqué y allí los dejé". Ciertamente aquel día en su casa del barrio Río Vermelho en Salvador, con pocas palabras y su tono parsimonioso de siempre, Amado me definía su obra.

Y cuando uno lee sus libros lee a Bahía. Sus personajes son Bahía. Un rincón del Brasil atiborrado de pobreza, pero rico en alegría y creatividad. Con su interior de seca y sertao y la costa de playa y batuque. Del trío eléctrico en carnaval y el birimbao en cualquier tiempo. De Salvador con sus dos ciudades: una baja y la otra alta. Del Pelourinho y sus conventillos. De los talleres de pintura artesanía y los burdeles de paredes cayendo. De la umbanda y los pae de santo. De los templos de candomblé y la música de Gilberto Gil, Caetano Veloso y Dorival Caymi. De la frescura y la sensualidad casi irresistible de las mulatas. De las bahianas vendiendo vatapá y la procesión de Nossa Senhora dos Navegantes. De Yemanjá y los Preto Velho. Eso es Bahía, pero también es mucho más... Los coroneles dueños de tierras y vidas en el interior y el trabajo del campesino por un plato de feijao con farinha de mandioca. La tierra que arde con esqueletos flacos de bueyes y caballos y las plantaciones de cacao. Las favelas colgando de Salvador y los hoteles cinco estrellas por todos lados. Eso es Bahía.

DOS
Todo 10 de agosto es histórico para los bahianos y las bahianas, porque ese día nació el escritor que los hizo conocer universalmente. El autor de Cacao, Los subterráneos de la libertad, Doña Flor y sus dos maridos, Tieta do agreste, Tienda de los milagros y Gabriela Clavo y Canela, por nombrar algunas de las obras más conocidas de Jorge Amado, quien se marchó este 7 de agosto, el mismo día que Caetano Veloso tocaba los 59 años y tres días antes de cumplir los 89.

Pero para hablar de aniversarios habría que recordar aquel de 1992, cuando Amado cumplió 80 años y la Fundación Casa que lleva su nombre en coordinación con el gobierno estadual organizaron una programación que además de Salvador se extendió por Ilheus y Jequié, en Bahía, Río de Janeiro, Sao Paulo y París, donde se realizó una exposición conmemorativa en el Centro Georges Pompidou. El gran festejo estaba preparado, pero sus palabras lo detuvieron. "El día 7 cumplió 50 años Caetano Veloso, uno de los más grandes brasileños vivos -comentó Amado. El sí merece todas las fiestas y todos los aplausos, porque está en pleno vigor de su fuerza creadora. Su poesía es una denuncia como fue la de Gregorio de Mattos y la de Castro Alves (poeta vinculado a la lucha contra la esclavitud). Ese menino de Santo Amaro (lugar de nacimiento de Caetano Veloso) merece todo nuestro cariño y amor".

La humildad era una de sus características, y sabía que vive en el corazón, ya no de Bahía sino de América Latina, sin necesidad de grandes homenajes. Esa sencillez queda más clara cuando habla de su libro Navegación de cabotaje, que algunos críticos los mencionaron como su autobiografía. "En general -afirmó-, en una autobiografía, una persona levanta su propia estatua para recoger glorioso el aplauso del público. Pero este libro no es nada de eso. El título ya lo dice todo, pues la navegación de cabotaje es la navegación de tramos cortos, de poca importancia. En ese libro yo hago una liquidación a precio barato de las pequeñeces de mi vida". A pesar de esa modestia, en casi toda Europa, en especial Francia y España lo llaman maestro. "Acá me dicen maestro -comentaba-, pero es en Bahía, caminando por sus calles, donde me siento bien".

TRES
Salvador, es una ciudad de dos realidades. "La realidad cotidiana, terrible, y la realidad mágica que es más grande que la otra", decía Amado. Y ambas realidades estuvieron siempre presentes en la vida del escritor. "Cada página que escribí -decía-, lo hice del lado de los pobres contra los ricos. Muchas veces de forma muy primaria. En mis primeros libros todos los pobres son buenos, son héroes y todos los ricos son malos, son unos malditos y había que matarlos. Y eso no es verdad, la gente es más compleja, sobre todo los pobres. Pero yo no podía saber todo eso a los 18, 20 y 23 años que fue cuando escribí mis primeras novelas. Eso lo aprendí poco a poco con el pueblo".

Y el transcurso de los años también le hizo perder prejuicios. "Cuando yo era joven -explicaba-, todo lo veía desde el lado triste y miserable. No había aún convertido en experiencia vital, por consecuencia también literaria, una cosa que ha sido muy importante en mi vida. Yo he aprendido más en los prostíbulos que en los colegios. Mi adolescencia literaria transcurrió en parte allí. Mis primeras lectoras han sido las prostitutas. Yo tengo una inmensa ternura por esas mujeres. Pero fue poco a poco que me apoderé de todo ese lado tan bueno. Creo que debo a esto el hecho de que en mis libros el sexo es siempre sano y alegre, nunca es sucio o perverso. Es siempre una fiesta. El sexo es algo que está para dar al ser humano alegría, y esto lo aprendí en los prostíbulos, con las mujeres 'de la vida' de mi país".

Tal vez por eso en la obra de Amado tampoco se idealiza a la prostituta. En Teresa Batista cansada de guerra, una de las obras dedicada especialmente a ellas, Amado describe la lucha de la prostituta por la vida, su pelea diaria por la dignidad, incluso llegando al punto de realizar una huelga. "Ellas son las más desgraciadas de todos los seres, dice el escritor. No tienen derecho a sindicatos, no tienen el apoyo de los partidos, ni de derecha ni de izquierda. Por eso la huelga. Y si uno lee el libro verá que no es un elogio a la prostitución. Es la lucha de la prostituta por la vida. Yo nunca hice de ellas mujeres felices o desgraciadas, hice mujeres. Hice personas con dignidad y amor por la vida. Porque una cosa es sufrir sabiendo conservar el amor y las ganas de vivir".

CUATRO
A pesar de la pobreza cotidiana a lo largo del país, las ganas de vivir, el arte y la alegría están íntimamente ligados al pueblo de Brasil. Eso se presta para que varias veces los periodistas europeos hayan increpado a Jorge Amado, señalándole: "¿cómo con tanta miseria el brasileño baila en las calles y hace el carnaval?". Cada vez que escuchó esas palabras el novelista se enojó, y subiendo un tono de voz, asiduamente tranquilo les dijo: "No hay que confundir el hecho de que porque el brasileño tenga su arte de vivir no sea un pueblo que lucha contra las situaciones adversas. Doy gracias que este pueblo mestizo sea tan fuerte, tan resistente. Que esté vivo, lo que ya es un milagro y que tenga la capacidad de hacer la fiesta y no dejarse matar y enterrar".

Muchas de sus novelas han sido adaptadas para cine o televisión, lo que hizo que tuvieran una repercusión inusual. Pero eso tiene su lado positivo y su lado negativo, aunque en todo caso el aporte en la difusión, dado sobre todo por la TV siempre ha sido valorado por el escritor. "Cualquier adaptación a una obra de ficción es una violencia contra el autor. Hay cosas que me costaron trabajo, que me parecen importantes y luego no están en la adaptación. Pero también hay algo positivo por ejemplo el libro Tieta do agreste, escrito en 1976, vendió cerca de 800.000 ejemplares en el país, mientras que la novela de la TV Globo fue vista por más de 50 millones de personas. Algo similar ocurrió con Gabriela, clavo y canela".

En tanto que Tienda de los milagros, una novela contra el prejuicio racial, al trasladarla a la TV hizo que por primera en Brasil el 85 por ciento de los actores en papeles principales (ya no de mayordomos o cocineras) fueran negros. Los más grandes actores negros. Ese hecho tiene el mérito de haber roto una tradición de racismo en la televisión. "Eso me deja contento porque se rompen esquemas establecidos y se difunden los mensajes que quiero difundir, mucho más que a través de un libro", comentaba.

También hubo sueños en la vida de Jorge Amado, sueños creados, amados y recreados en cada uno de sus días y en cada una de sus novelas. Pero tal vez como todos/as tenía uno principal, uno que deseaba echar a volar para que se torne realidad: "Mi sueño es una revolución sin ideología donde el destino del ser humano, su derecho a comer, a trabajar, amar, vivir la vida plenamente, no esté condicionado al concepto expreso e impuesto por una ideología, sea cual sea".

Jorge Amado ha escrito más de treinta novelas que fueron traducidas a más de veinte idiomas. Paseó a Bahía por el mundo. Dio a conocer la simbiosis entre magia y realidad, sueños y tristezas, alegrías y deseos sin concretar. Pintó las calles, las personas y los mundos de Salvador. Mostró el sufrimiento diario de su gente, y su resistencia, sin miedo a ser feliz. Describió la humanidad de ese país. Ahora, siguiendo el camino de sus personajes, se perdió para siempre en las calles del Pelourinho. Ahora, y antes, y después, Jorge Amado es Bahía.
GILBERTO GIL
La embriaguez del alma

Por Kintto Lucas
Octubre de 1988




El Pelourinho -Ciudad Vieja de Salvador- atrapa con sus construcciones del siglo XVI. Todo está aquí: el folclore, los talleres de artesanía, las iglesias, los grupos de capoeira, la humildad y la magia de los bahianos que parecen haber saltado de los libros de Jorge Amado. A una cuadra de donde se filmó Doña Flor y sus dos maridos, nos encontramos con Gilberto Gil, mito viviente de la música brasileña, ex secretario de cultura municipal y concejal. En sus shows logra una relación casi mágica con el público y algunos de sus discos han vendido más de dos millones de copias. Algo de comunicación sabe.

A mediados de los años 60 surge en Brasil el Movimiento Tropicalista que lo tuvo como uno de sus abanderados. Era algo nuevo en la música brasileña. "El tropicalismo fue un impulso -dice Gil-, que dio espacio a nuevos talentos y demandas de jóvenes artistas e intelectuales que buscaban un lugar para desarrollar sus ideas, sentimientos y reflexiones. Buscaban un lugar para comunicarse. Provocó discusiones con respecto a la cultura brasileña, colocando en jaque una visión conservadora, clásica, con espacios absolutos. Buscó comunicar más a los diferentes sectores, queriendo armonizar esa interacción entre los varios contextos culturales, existentes en el país".

Eran épocas de grandes luchas sociales. Tal vez por eso fue imposible evitar que el movimiento musical se transformara en un movimiento político... "Todos los movimientos culturales son políticos -comenta. El tropicalismo tuvo más connotaciones porque surge en un momento que se había instalado un gobierno autoritario, con grandes restricciones al ejercicio de la libertad y una visión centralizadora de los sentimientos estéticos y cívicos. En esa coyuntura, un movimiento que abría espacios democráticos, se tornaba aún más político".

Cuando regresó del exilio sus creaciones se habían nutrido de otros ritmos, adquiriendo un carácter más universal. Muchos dijeron que era un tipo de penetración cultural. "Es como todas las interacciones que se dan entre los pueblos -dice el cantautor. En ellas existen dos, uno que trae y otro que lleva. Esto implica ventajas y desventajas, pero en general el intercambio existe y la música termina enriqueciéndose.

Recuerdo una presentación de Gil junto al cantante jamaiquino Jimmy Cliff, en el Maracanazinho de Río. Se dio una comunicación entre el público y ellos pocas veces vista. Como una energía que contagiaba. Se lo comento y el me dice: "A través de la música uno da la posibilidad de júbilo, de encuentro, de energía que se pone en movimiento aglutinador con relación a las cabezas y los corazones. Eso es propio del arte. Yo trabajo mucho la escenografía y muevo los plasmas más sutiles del ritmo que son el sonido y la música. Ellos van hacia uno de los sentidos más afinados que es la audición. El sonido da el sentido de esencialidad. En el comienzo todo era sonido".

Le digo que hay mucho de magia en su comunicación con el público y el mueve la cabeza asintiendo. Luego responde: "Sin duda. El arte trabaja con la fragancia de lo real. Es como un perfume: el público se lo coloca y se siente atrapado por él. Y el artista es un mago, un hechicero que sustituye al shamán de las tribus y por eso es consagrado. Yo llego delante del público y estoy autorizado a pugnar por la elasticidad de sus almas y sus mentes. Cuanto más capaz sea el arte de mover la embriaguez del alma, más fácilmente se subirán las personas a él. Por eso mi comunicación, tiene que tener la posibilidad inconsciente de hacer que el mundo levite. Y el atributo religioso me ayuda a levantar al mundo. La gente, sin saberlo, se eleva, ríe, llora... El arte le penetra en el inconsciente. Entrar a un cine y sentarse para ver un film es un ritual religioso también, como los shows, irse al teatro, o leerse un libro".

Pero cuál es la diferencia entre el hecho de componer una canción y el de comunicarse con la gente? "Son dos cosas diferentes -dice Gil. En la comunicación soy una cosa y en la creación otra. Cuando canto en un espectáculo estoy en la fase terminal de la comunicación, y tengo todo encarnado en las personas. Ya no son mis oídos escuchándome como en el acto solitario de la creación. Ya no soy yo haciendo que una parte de mi substituya al público. Cuando estoy en el escenario vibro. No es el público que canta con mi poesía, soy yo quien canta con él; no es el público que baila conmigo, yo bailo con él. Encaro la divinidad y busco transferírsela al público. Yo me transformo así, en uno de los mediadores entre el cielo y la tierra. Pero también, a la vez soy uno más entre la gente. Como la relación del brujo con su tribu. La música es parte de ese misterio que es comunicarse".

¿Y cómo utiliza Gilberto Gil ese misterio en la política? "La comunicación que se hace con el arte es diferente de la que se hace en la política -señala el cantautor brasileño. El arte sacraliza y la política desacraliza. Las personas que le hablan al concejal, se relacionan con él como un realizador del mundo material. Para ellos no es el mediador entre el cielo y la tierra de los shows. Igual es muy difícil separar el concejal del músico".

En una de sus creaciones Gilberto Gil afirma que el gobernador promete pero el sistema dice no. Parece una contradicción que se haya dedicado a la política, sin embargo el señala: "No es una contradicción, es difícil. Aunque lo económico determine lo social, es necesario ir construyendo la nación que queremos, ir buscando soluciones a los problemas sociales. Hay que dar instrumentos pedagógicos en el sentido de despertar una conciencia de participación civil comunitaria. Es preciso que los políticos hablen menos y hagan más. Creo en la participación de la gente y hay que abrir espacio para que se desarrolle, por eso hablo de instrumentos pedagógicos de organización social. El sistema va a continuar diciendo no, pero hay que luchar para que cada vez diga menos no.
JORGE LUIS BORGES
Los laberintos de un maestro

Por Kintto Lucas
Julio de 1999



UNO
La memoria es como un laberinto donde las antiguas palabras convocan fantasmas que se parecen mucho a los recuerdos. Las palabras hacen la libertad de los escritores. Los escritores son los seres más libres de la tierra. Pueden inventar vidas, modificar historias, pueden matar sin castigo y sin culpa, amar y odiar sin penitencia o recompensa. Y si de escritores libres hablamos tenemos que nombrar a Jorge Luis Borges, que en agosto de 1999 estaría cumpliendo 100 años, para quien las palabras eran sólo un puente hacia la metáfora.

Metáforas, muchas metáforas, podríamos decir que Borges fue el hombre de las metáforas. Pero la metáfora ya no sólo como un recurso del lenguaje, sino como un recurso de la vida. Cada metáfora borgeana nos acerca una visión distinta de la existencia o la inexistencia. Y en esas metáforas, además de desentrañar los fragmentos semiocultos de la vida, como todo lírico, Borges también se canta a sí mismo. Y al cantarse a sí mismo no se queda en los viejos temas de amor, muerte, dolor, soledad, naturaleza, felicidad, historia, su ciudad, sino que incluye en su temario las preocupaciones metafísicas: el tiempo, el sentido del universo, la personalidad del hombre. Entonces, Borges al cantarse a sí mismo se interroga sobre la existencia y se contesta: "lo mejor de la vida es su carácter efímero". Tal vez en esa contestación nos está diciendo porque el tiempo de sus conflictos siempre es el presente o mejor dicho, para Borges el futuro no existe es solo una sombra del presente. Entonces para Borges la creación y la vida y las interrogantes solo pueden tener el ahora como escenario. Y para mantenerse atado a ese ahora cultiva como ningún escritor el género del diálogo.

DOS
Aún antes de la ceguera que lo obligara a la literatura oral. Sus amigos recuerdan largas caminatas en las que el autor de Ficciones atravesaba Buenos Aires animado por la energía de conversar. En 1986, que en la biografía de Borges corresponde a su muerte jurídica, Osvaldo Ferreri reunió un excepcional Libro de diálogos con el inmortal escritor.

En el prólogo, afirma Borges: "Unos quinientos años antes de la era cristiana se dio en la Magna Grecia la mejor cosa que registra la historia universal: el descubrimiento del diálogo. La fe, la certidumbre, los dogmas, los anatemas, las plegarias, las prohibiciones, las órdenes, los tabúes, las tiranías, las guerras y las glorias abrumaban el orbe; algunos griegos contrajeron, nunca sabremos cómo, la singular costumbre de conversar. Dudaron, persuadieron, disintieron, cambiaron de opinión, aplazaron. Acaso los ayudó su mitología, que era un conjunto de fábulas imprecisas y de cosmologías variables. Esas primeras conjeturas fueron la primera raíz de lo que llamamos hoy, no sin pompa, la metafísica. Sin esos pocos griegos conversadores la cultura occidental es inconcebible."

Así describía Borges su sentimiento por la conversación, y si nos vamos miles de años más atrás, veremos que el hombre confió en su oídos antes que en sus ojos. El hombre auscultando los vientos y el sonido de la tormenta. El hombre mirando un mundo indescifrable donde las cosas no tenían nombre y descubriendo de pronto el primer signo gráfico, el primer mensaje escrito o dibujado sobre una piedra. El hombre ajustando ese signo a una ley: el primer lenguaje. Entonces comenzó, dicen, la primera alienación del hombre: tuvo que elaborar los conceptos, el contenido de las palabras. El árbol fue ese dibujo, el agua ese sonido, el viento un trazo furioso sobre la piedra. El hombre cambió el oído por el ojo. Cambió el mágico mundo acústico por ese otro objetivo y más perfecto del ojo, pero ya no era libre.

TRES
Luego, preso del contenido de las palabras decidió modificarlo, cada vez que no se adaptaba a sus intereses hasta llegar a un presente en el que la confusión se apoderó del significado de los decires. Tal vez por eso, Borges entendió mucho antes de quedar ciego que para descifrar la palabra escrita antes había que descifrar los sonidos, los gestos, los mundos que se esconden atrás de cada decir. Y conociendo esos mundos se podía comenzar a reinventar la palabra, a reinventar el lenguaje. Pero es al perder la vista del todo cuando tiene que dictar, y al hacerlo, sus cuentos se dejan penetrar mucho más por los esquemas de la lengua oral y del diálogo.

Allí Borges al liberarse totalmente de la palabra escrita, comienza a construir su propia libertad, que al fin de cuentas es parte de su propio escepticismo. Borges, en el fondo, es un escéptico, pertenece a ese grupo de escritores que en todos los tiempos, descreyeron del orden establecido y se quedaron a la intemperie. El mundo, para él es un absurdo, un caos, y dentro de ese caos el hombre está perdido como en un laberinto. Solo que el hombre, a su vez es capaz de construir laberintos propios. Laberintos mentales, con hipótesis que intentan explicar el misterio del laberinto anterior. Entonces, podríamos decir que Borges es un laberinto.

Si seguimos su esquema de análisis según el cual una persona es todas las personas, Borges es todos los hombres. Sin embargo, Borges no es todos los hombres, por eso, siempre estamos recordando su maestría.
TOM JOBIN
El Brasil infinito

Por Kintto Lucas
Mayo de 1998



Cuando habla de Tom Jobin, el cantautor brasileño Chico Buarque dice que sin él la música popular de Brasil no sería la misma, sin su creación la bossa nova no hubiera traspasado las geografías de ese gran país, para convertirse en música universal, sin su piano los pentagramas no se hubiesen bañado de paz... y de tristeza. Porque Antonio Brasileiro de Almeida, más conocido como Tom Jobim, fue el gran compositor de la música brasileña, pero fue también un triste, un solo del mundo como tantos, alguien que se encerraba tanto en sus composiciones, que ellas se encargaban de decir todo por él. Todas las certezas y las dudas, todos los amores y dolores, todas las rebeldías, todas las soledades... todo lo decía a través del piano, a través de la canción.

Para los brasileños es imposible no tocarse con las notas de Jobim. Y pensar en sus canciones es sentir ese "cheirinho" que se desparrama por el aire de la noche como conquistando pieles y corazones, es imaginar dos cuerpos en la madrugada sintiendo la música en cada caricia, es escuchar: "Quiero contarte/ mis ojos ya no pueden ver/ Cosas que solo el corazón/ puede entender/ Fundamental es el amor/ es imposible ser feliz solito/ Ahora ya sé/ De la ola que danzó en el mar/ Y de las estrellas/ que olvidamos de contar/ El amor de deja sorprender/ mientras la noche no quiere envolver". Para Chico Buarque, "la música de Tom Jobin era y es un pretexto para la vida".

Jobin fue, junto a Vinicius de Moraes quien se encargó de revolucionar la creación musical y poética de Brasil, allá por mediados de la década del 50. Pero su trascendencia internacional llegó en 1959, cuando el filme "Orfeo Negro" fue ganador del Festival de Cannes. La película cuenta las vicisitudes de los integrantes de una escola de zamba, que trabajan todo el año para poder hacerse el vestido que lucirán en carnaval. Viven las penurias de la pobreza durante 361 días y se enriquecen con la magia, durante cuatro días. "Orfeo Negro" fue musicalizado en gran parte por Tom.

Después de eso ya fue imposible no contar con él en el momento de hablar de la música de Brasil. "Garota de Ipanema", "Samba de una nota só", "Corcovado", "A felicidade" y "Desafinado", están entre las diez canciones más grabadas de todos los tiempos, y hasta 1992 "Garota de Ipanema" era la quinta canción más tocada del mundo con más de tres millones de ejecuciones. También se dio el lujo de llenar los teatros más importantes de su país, de tocar con gran éxito en Estados Unidos, de que sus composiciones de música clásica fueran consideras entre la mejor música sinfónica contemporánea y realizar los mejores especiales musicales de la TV brasileña.

Pero Tom Jobim también era una persona preocupada con el maltrato de la Amazonia brasileña, alguien preocupado con la contaminación de los ríos por parte de las industrias, con la polución feroz de muchas ciudades de Brasil y, tal vez "Aguas de marzo" sea la canción que más refleje su sentir ecológico, cuando dice: "Es palo, es piedra,/ Es el fin del camino/ Es solo la sobra/ Es un poco solito/ Es un pedazo de vidrio/ Es la vida, es el sol/ Es la noche, es la muerte/ Es el lazo y el anzuelo/ Es el viento soplando/ Es el fin de la ladera/ Es la viga, es el vao/ Fiesta de las poliyas/ Es la lluvia lloviendo/ Es la conversa ribera/ de las aguas de marzo/ Es el fin del cansancio".

Se marchó en diciembre de 1994 y se quedó en la creación de Brasil y América Latina. Fue, sin duda, un genio de la música de Brasil, que cierto día dijo: "Yo amo la tierra. Ella es toda mía. Brasil nao se acaba en Ceará, va hasta Alasca, hasta Texas, es infinito". Como infinita fue la creatividad de Tom Jobin.
JUAN RULFO
El fuego de la vida

Por Kintto Lucas
Enero de 1994




En enero de 1996 se cumplirán diez años de la muerte de Juan Rulfo, uno de los más grandes narradores, ya no de Iberoamérica sino del mundo. Y como el brasileño Joao Guimaraes Rosa, que escribió "Grande Sertao Veredas", una de las más grandes obras de la literatura de la América de acá abajo, Rulfo se conformó con escribir poco pero bueno.

Y su decir escrito es un espejo de su vivir, es como una fotografía de un mundo que pudo palpar de niño. Sus obras, "Pedro Páramo" y "El llano en llamas" son, ante todo, un espejo de su realidad, la realidad del México de las primeras décadas, que es como decir la realidad de América Latina.

Tenía nueve años cuando colgaron a su abuelo de los pies, pocos meses más cuando su padre cayó en la tierra lleno de balazos y sus tíos fueron ahorcados.

Seguía siendo niño cuando su madre se murió hastiada de tanta sangre. Por esos años, en los llanos de Jalisco, como en tantos otros estados mexicanos, había una guerra en la que solo perdían los campesinos pobres. El humo y las llamas invadían pueblos y plantíos. Muchos de esos campesinos defendían con la vida un Cristo que llevaba una corona llena de joyas en lugar de espinas y vivaban a un Papa lejano que, ni conocían ni los conocía.

Rulfo miraba a "cristeros" y federales trenzados en la batalla, observaba la fila de postes con cuerpos colgados, veía las mujeres vestidas de negro, y atrás de todo el fuego... Y esa imagen se la guardó en los ojos y en la piel y en la pluma, y un día la regaló al mundo a través de sus pocos escritos. Imagen de una realidad similar a la de aquel nordeste del Brasil que describe Guimaraes Rosa, parecida a la de los enfrentamientos en el corazón de Colombia, casi igualita a la de la guerra entre blancos y colorados en el Uruguay de comienzos de siglo. Imagen de una América nacida al fragor de la guerra. Una guerra en la que mueren solo los pobres, mientras los caudillos y poderosos mantienen sus privilegios. Una América origen de la actual.

Y Rulfo describió con tanta pintura aquel llano de Jalisco en llamas, aquellos personajes semivivos-semimuertos, que su literatura traspasó todos los mundos, con todas las letras del idioma de su lugar, con todas las sombras de un rincón que en realidad eran muchos. No contó lo real maravilloso, sino lo real espantoso, la maravilla estuvo en su creación. Y fue tanto lo que dijo, tan antes que otros, que luego decidió callarse, como que se guardó para sí toda la vida de sus muertos y toda la muerte de sus vivos.

De alguna manera, con sus decires Juan Rulfo pintó a México, incluso a este de ahora sin la necesidad de nombrarlo, porque este país de hoy es consecuencia de los muertos y los vivos de aquel, de los fantasmas que quedaron en el horizonte y en la realidad. Como diría Eduardo Galeano, Rulfo dijo lo que tenía que decir en una novela corta y unos pocos relatos y luego calló. O sea: hizo el amor de hondísima manera y después se quedó dormido.

Ahora, casi diez años después que se marchó y cuando el siglo se termina, vale retomar su poca obra para entender mejor, ya no la magia de su narrativa que es indiscutible, sino el significado del fuego. El fuego siempre surge con claridad, con límites establecidos por los bandos, pero a veces, cuando avanza por el camino del tiempo, se torna difuso, las llamas que parecían amarillas se hacen rojas y las rojas pueden ser azules. De esa manera, como en aquel México, el fuego, que parecía tener sentido, se queda sin sustento y se come la vida.
JORGE ENRIQUE ADOUM
El recuerdo de un amigo

Por KIntto Lucas
Julio de 2009


Este sábado, al llegar a Ecuador luego de diez días en Uruguay, me encontré con una noticia que me golpeó profundamente. Había fallecido el querido amigo y maestro Jorge Enrique Adoum.

En junio de 1991, participé en La Habana, como jurado del Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí, que había ganado el año anterior.
Fui representando a Uruguay y me junté en la capital cubana con otros escritores y periodistas de América Latina.

Aquel jurado fue presidido por Jorge Enrique, que por esos mismos días estaba de cumpleaños. Como regalo, los integrantes de jurado escribimos algunas letras en un mantel de papel de La Bodeguita del Medio.

En aquella ocasión escribí unas palabras que expresaban un poco la admiración por el poeta y la persona, y que decían así: caminando por los pretiles de la realidad/ un poeta hace/ des/hace y re/hace/ la palabra, como si la vida pintara de colores,/ todos los pájaros de la memoria.

Un año después, cuando vine a vivir a Quito, nos reencontramos en una cevichería donde nos reuniríamos tantas veces en los años siguientes para hablar de política, de literatura y de tantas historias del Ecuador y la América.

Allí mismo esbozamos una carta de solidaridad de los intelectuales ecuatorianos con Juan Gelman, cuando buscaba a su nieta, desaparecida por las dictaduras de Uruguay y Argentina en los años del Plan Cóndor, y recuperada tras una gran corriente solidaria mundial.

Escritor solidario, recorrió las frustraciones y esperanzas de Ecuador y la América, con mirada y palabra comprometida en la construcción del futuro. Mirada y palabra que ya traspasaron el tiempo y se ubicaron en todas las vasijas de barro por venir…
CARLOS GARDEL
Cada día canta mejor

Por Kintto Lucas
Junio de 1992


Volver... el mago siempre vuelve, no con la frente marchita sino con la compleja e intrincada materia que modeló su ser arrabalero. Es como un fantasma que camina por los pretiles de la memoria, o tal vez una sombra que baila el dos por cuatro en el patio de algún conventillo de la Boca porteña o el Sur montevideano. Vuelve con su tangués a cuestas y su trino de zorzal, como si para él no fuera un soplo la vida. Y quizá por eso, cada día cante mejor.

UNO

Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida
dejándome el alma herida
y espina en el corazón.
Sabiendo que te quería,
que vos eras mi alegría
y mi sueño abrasador.
Para mí ya no hay consuelo,
y por eso me encurdelo,
pa olvidarme de tu amor.

Jorge Luis Borges, en lugar de mito siempre consideró a Gardel como un traidor al tango. No cuestionaba su voz sino las letras de lo que cantaba y decía: "La milonga y el tango de los orígenes podían ser tontos o, al menos atolondrados, pero no eran valerosos y alegres. El tango posterior es un resentido que deplora con lujo sentimental las desdichas propias y festeja con desvergüenza las desdichas ajenas". Y es justamente el ojo enojado de Borges que comienza a revelar un Gardel más polémico, marginal y hostilizado. El mismo Gardel que años después otro argentino, el escritor Manuel Puig hizo entrar en las tablas en una controvertida obra de teatro. Un Gardel que busca trabajo como cantor en un burdel de segunda en la Buenos Aires de los años diez, despreciado por querer cantar lo que no se podía y humillado por su origen humilde. Decía Puig que cuando escribió su obra sobre "el mago" le fue imposible acceder a la biografía porque "no existe documentación confiable sobre su vida". Prácticamente todo lo que se conoce son sus 909 canciones grabadas, sus filmes y las notas de los diarios. Fue así que el escritor intentó recoger la opinión de los amigos de Carlitos todavía vivos, pero se encontró con un pacto del silencio. Entonces decidió crear una obra que tal vez pueda interpretar, o no, su vida. Pero mucho de lo que se ha escrito sobre el rey del tango puede ser verdad y mentira a la vez, porque la realidad de su vida es una leyenda que ultrapasa esas dos dimensiones.

DOS

Cuando voy a mi cotorro
lo veo desarreglado
todo triste abandonado
me dan ganas de llorar.
Me detengo largo rato
campaneando tu retrato
pa poderme consolar
.

Uno de los puntos más controversiales del cantor está en su origen, en el lugar de su nacimiento. A pesar de que distintas investigaciones de algunos autores indican que nació en Tolouse, al sur de Francia y que su verdadero nombre fue Charles Romuald Gardes, no hay pruebas suficientes como para afirmar que esa sea la verdad. Otros tantos tangueros argentinos afirman que nació en su país y exhiben sus argumentos. Por su parte, los uruguayos dicen que vio la luz por primera vez en el departamento de Tacuarembó, y muestran certificados de nacimiento y hasta el pasaporte encontrado en el lugar de su muerte. Pero esos no son los únicos argumentos, también están los futbolísticos: algunos comentan que después de la final del Mundial del 30, cuando Uruguay ganó a Argentina 4 a 2, Gardel felicitó expresamente a los jugadores uruguayos y mostró su alegría por el triunfo, a su gran amigo, el jokey Irineu Leguisamo.

TRES

Ya no hay en el bulín
aquellos lindos frasquitos,
adornados con moñitos,
todos de un mismo color,
y el espejo está empañado
si parece que ha llorado
por la ausencia de tu amor.


Lo cierto es que la nacionalidad del Mago sigue sin comprobarse. En todo caso a muchos rioplatenses amantes del tango, sean ellos uruguayos o argentinos, no les importa tanto conocer de dónde era Gardel, para esos tangueros de ley la nacionalidad no cambia en nada su vida, su voz, o su recuerdo. El misterio con respecto a su lugar de nacimiento solo sigue fomentando el mito y va ligado a su origen pobre, su voz que sigue cautivando, su estilo campechano y el entrañable sentido de las letras que cantó. Como Jorge Luis Borges y Manuel Puig, el investigador y escritor uruguayo Eduardo Paysée González, luego de realizar una meticulosa investigación recopilando entrevistas, documentos, declaraciones de Gardel y sus amigos más allegados, conforma una personalidad con muchos claroscuros. Una personalidad que se lleva mucho mejor con el tango que la de latin-lover que supo difundir el cine.

CUATRO

Denoche cuando me acuesto
no puedo cerrar la puerta
porque dejándola abierta
me hago ilusión que volvés
Siempre traigo bizcochitos
pa tomar con matecito
como cuando estabas vos.
Y si vieras la catrera
como se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos.


Angustiado por la falta de una identidad que no le dio su nacimiento, Gardel buscó en el arrabal, los amigos, las mujeres y la música, el afecto que no tuvo en su niñez. Sin embargo, la fama, los muchos amores, las ruedas de boliche y sus vinculaciones con los gobernantes del Río de la Plata, nunca pudieron desterrar esa profunda soledad que llevaba adentro. Ese Gardel de Puig, Borges y Paysée es lo más parecido a Carlos Gardel. Del orillero y marginalizado de los primeros tiempos al cantor de casinos lujosos, teatros famosos y actor de cine de los años 30 encontramos un Carlitos más humano, por lo tanto más verdadero, con una trayectoria repleta de sueños y frustraciones, un ser nostálgico y un tanto introvertido que se hizo en tangos y se fue "modelando en barro, en miseria, en las amarguras que da la pobreza" -como dice La Cumparcita-, hasta comenzar su camino al mito una noche de 1927 en el Teatro Esmeralda de Buenos Aires cantando Mi noche Triste.

CINCO

La guitarra en el ropero
todavía está colgada
nadie en ella canta nada
ni hace sus cuerdas vibrar
Y la lámpara del cuarto
también tu ausencia ha sentido
porque su luz no ha querido
mi noche triste alumbrar.

El tango tuvo su origen en las danzas eróticas bailadas por negros milongueros y prostitutas, en las calles de Buenos Aires y Montevideo. En su inicio solo fue bailado entre hombres ya que a las mujeres no se les podía permitir "esas libertades". Lentamente fue abandonando los guetos de los barrios negros rioplatenses para tornarse moda en París y Estados Unidos y, desde allí llegó a las clases medias altas de las dos urbes del Plata. El baile de cuerpo pegado de los compadritos, lleno de cortes y quebradas invadió así, los salones de la burguesía, y las señoras fueron autorizadas, con ciertos reparos, a danzarlo. La trayectoria del tango es la del propio Gardel. Como su música, el "zorzal criollo" salió del suburbio, "del conventillo que no tuvo fuego, salió con el fardo cargado y aprendió del hambre a flor de buche el trino de la calle", según dijera alguien. En él y sus canciones quedaron atrapados todos los personajes del arrabal, toda la vida del submundo rioplatense de las primeras décadas del siglo. Pocos artistas caminaron por la vida tan íntimamente ligados a su arte y muchos menos lograron sobrevivir sesenta y un años a su propia muerte. Eso ya no es mito.