25 de diciembre de 2009

TOM JOBIN
El Brasil infinito

Por Kintto Lucas
Mayo de 1998



Cuando habla de Tom Jobin, el cantautor brasileño Chico Buarque dice que sin él la música popular de Brasil no sería la misma, sin su creación la bossa nova no hubiera traspasado las geografías de ese gran país, para convertirse en música universal, sin su piano los pentagramas no se hubiesen bañado de paz... y de tristeza. Porque Antonio Brasileiro de Almeida, más conocido como Tom Jobim, fue el gran compositor de la música brasileña, pero fue también un triste, un solo del mundo como tantos, alguien que se encerraba tanto en sus composiciones, que ellas se encargaban de decir todo por él. Todas las certezas y las dudas, todos los amores y dolores, todas las rebeldías, todas las soledades... todo lo decía a través del piano, a través de la canción.

Para los brasileños es imposible no tocarse con las notas de Jobim. Y pensar en sus canciones es sentir ese "cheirinho" que se desparrama por el aire de la noche como conquistando pieles y corazones, es imaginar dos cuerpos en la madrugada sintiendo la música en cada caricia, es escuchar: "Quiero contarte/ mis ojos ya no pueden ver/ Cosas que solo el corazón/ puede entender/ Fundamental es el amor/ es imposible ser feliz solito/ Ahora ya sé/ De la ola que danzó en el mar/ Y de las estrellas/ que olvidamos de contar/ El amor de deja sorprender/ mientras la noche no quiere envolver". Para Chico Buarque, "la música de Tom Jobin era y es un pretexto para la vida".

Jobin fue, junto a Vinicius de Moraes quien se encargó de revolucionar la creación musical y poética de Brasil, allá por mediados de la década del 50. Pero su trascendencia internacional llegó en 1959, cuando el filme "Orfeo Negro" fue ganador del Festival de Cannes. La película cuenta las vicisitudes de los integrantes de una escola de zamba, que trabajan todo el año para poder hacerse el vestido que lucirán en carnaval. Viven las penurias de la pobreza durante 361 días y se enriquecen con la magia, durante cuatro días. "Orfeo Negro" fue musicalizado en gran parte por Tom.

Después de eso ya fue imposible no contar con él en el momento de hablar de la música de Brasil. "Garota de Ipanema", "Samba de una nota só", "Corcovado", "A felicidade" y "Desafinado", están entre las diez canciones más grabadas de todos los tiempos, y hasta 1992 "Garota de Ipanema" era la quinta canción más tocada del mundo con más de tres millones de ejecuciones. También se dio el lujo de llenar los teatros más importantes de su país, de tocar con gran éxito en Estados Unidos, de que sus composiciones de música clásica fueran consideras entre la mejor música sinfónica contemporánea y realizar los mejores especiales musicales de la TV brasileña.

Pero Tom Jobim también era una persona preocupada con el maltrato de la Amazonia brasileña, alguien preocupado con la contaminación de los ríos por parte de las industrias, con la polución feroz de muchas ciudades de Brasil y, tal vez "Aguas de marzo" sea la canción que más refleje su sentir ecológico, cuando dice: "Es palo, es piedra,/ Es el fin del camino/ Es solo la sobra/ Es un poco solito/ Es un pedazo de vidrio/ Es la vida, es el sol/ Es la noche, es la muerte/ Es el lazo y el anzuelo/ Es el viento soplando/ Es el fin de la ladera/ Es la viga, es el vao/ Fiesta de las poliyas/ Es la lluvia lloviendo/ Es la conversa ribera/ de las aguas de marzo/ Es el fin del cansancio".

Se marchó en diciembre de 1994 y se quedó en la creación de Brasil y América Latina. Fue, sin duda, un genio de la música de Brasil, que cierto día dijo: "Yo amo la tierra. Ella es toda mía. Brasil nao se acaba en Ceará, va hasta Alasca, hasta Texas, es infinito". Como infinita fue la creatividad de Tom Jobin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario